El Registro de Nombres de Pasajeros no ha dejado de despertar críticas desde que se ideó

Con el Registro de Nombres de Pasajeros, o Passenger Name Record, se pretende recabar y tratar información relativa a los pasajeros de las aereolíneas: nombres, fecha de vuelo, itinerario, medios de pago, asiento, información de contacto,  equipaje…

La Unión Europea está trabajando en su regularización ya que, teniendo presente que la mayoría de las acciones terroristas y de delincuencia organizada implican desplazamientos internacionales, lo considera necesario para la seguridad de Europa.

Siendo evidente el peligro existente y con motivo de la supresión de los controles en las fronteras interiores en virtud del Convenio de Schengen, la Unión Europea adoptó medidas para la recogida y el intercambio de datos personales entre autoridades policiales. Este tratamiento únicamente abarca los datos relacionados con sujetos sospechosos, sin embargo, con los datos del Registro de Nombres de Pasajeros se busca que las autoridades policiales puedan identificar sospechosos hasta entonces desconocidos.

Sobre este tema se ha pronunciado el Director de la Agencia Española de Protección de Datos, José Luis Rodríguez Álvarez, en la Sesión Abierta Anual celebrada a principios de semana en el Teatro Real de Madrid.

Rodríguez Álvarez ha manifestado sus dudas sobre la necesidad de llevar a cabo esta medida, y también sobre su posible eficacia para protegernos frente a los posibles atentados. Destaca, a su vez, que el derecho a la intimidad y a la protección de datos no deben contemplarse como obstáculos a la defensa de otros derechos.

Desde un primer momento, la idea de dar este uso al Registro de Pasajeros ha despertado la antipatía de muchos que opinan que esta medida atenta contra el derecho a la intimidad y la protección de datos. No son pocas las personas, que consideran que ya estamos demasiado controlados por los estados y las grandes empresas, y también que esta nueva intromisión no está suficientemente justificada.

Frente a ellos, hay muchos otros consideran que este recorte de derechos encuentra su legitimidad en la necesidad de protegernos frente al terrorismo internacional que parece haber cobrado una fuerza mayor.

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