No son pocos aquellos a los que la mal llamada nueva ley anticookies les ha generado fuertes dolores de cabeza.
Como ya sabemos la misma exige que, previamente a la implantación de las cookies afectadas, se informe al usuario de este hecho y se solicite su consentimiento (para obtener más información pinche aquí).
Mucho os preguntareis dónde está el problema y la razón por la que está creando tantos quebraderos de cabeza. La respuesta es sencilla, todo se debe a la dificultades técnicas que supone la implantación de esta exigencia.
Son muchas las páginas Web que se alojan en plataformas extranjeras como Facebook, Blogger y WordPress o que recurren a herramientas tales como google analytics, google maps y google youtube, que son realmente útiles.
Otros motivos por los que emplear estos recursos se relacionan con el precio, las estrategias de marketing o simplemente porque no son especialmente complejos.
Ninguna de estas soluciones tecnológicas permite cumplir con la Ley, ya que la instalación de sus cookies se produce en el momento en el cual se entra en la página, así pues, el requisito del «previo consentimiento» queda excluído.
Son muchos los profesionales que califican esta normativa como imposible de cumplir y está visto que sus quejas han llegado a las altas esferas, ya que en la Ley General de Telecomunicaciones, cuyo proyecto se aprobó recientemente, se da marcha atrás y se relajan las exigencias.
Cuando esta Ley entre en vigor, el mero hecho de que, tras haber sido informado, el usuario siga navegando por la web equivaldrá a la emisión del consentimiento.
Sin lugar a dudas, no serán pocos los profesionales que respiren más tranquilos.