Malware, Virus, Troyanos… pese a ser términos que se usan frecuente la mayoría de los usuarios de internet desconocen su verdadero significado
Es indiscutible que el uso de internet y las nuevas tecnologías está muy extendido en nuestra sociedad. En consecuencia, y como es natural, lo relacionado con el mismo se ha convertido en un tema de conversación frecuente entre personas de todas las edades. Sin embargo, la mayoría de sus usuarios tienen conocimientos muy vagos sobre la materia. Es habitual que se utilicen términos de forma casi intuitiva y, a menudo, errónea.
Por ello, me ha parecido interesante hacer un repaso de algunos de los términos que se oyen con más frecuencia. Tras pensarlo un poco, he decidido centrarme en el malware, que al fin y al cabo es lo que nos tiene a todos siempre en constante alerta. Allá vamos.
¿Qué es el malware?
Es un tipo de software que tiene como objetivo infiltrarse o dañar una computadora sin consentimiento alguno por parte de su propietario.
Malware infeccioso
Virus: su objetivo es alterar el normal funcionamiento del dispositivo. El dispositivo se infecta al ejecutarse un programa que alberga al virus, el cual procede a alojarse en la memoria RAM. Entonces se hace con el control de los servicios básicos del sistema operativo y va infectando los acrhivos que son llamados ejecutarse. Finalmente se añade el código vírico al programa infectado y se graba en el disco.
Gusanos: Al contrario que el virus, no necesita la intervención de un usuario para propagarse, lo hace automáticamente. Su principal objetivo es infectar el mayor número posible de usuarios.
Ambos pueden contener instrucciones dañinas.
Malware de ocultación y/o de administración remota
Rootkits: Alteran el sistema operativo del dispositivo para que el malware no sea detectado.
Troyano: Aparenta ser un programa inofensivo pero ocasiona daños al ser ejecutado. Normalmente crean una puerta trasera que permite a un usuario no autorizado administrar el dispositivo de forma remota.
Malware con el que el ciberatacante quiere lucrarse
Hijackers: Hacen cambios en la configuración del navegador. Por ejemplo, pueden redireccionar los resultados de los motores de búsqueda a webs de phishing.
Spyware: Son programas ideados para recabar información sobre las actividades del usuario y distribuirla a organizaciones interesadas como, por ejemplo, empresas publicitarias.
Adware: Son programas que muestran publicidad al usuario de modo intrusivo, por ejemplo, en forma de ventanas emergentes.
Dialers: Toman el control del módem y realizan llamadas a un número de tarificación especial.
Rogue software: manipulan al usuario haciéndole creer que su dispositivo contiene malware para convencerlo así de que, para solucionarlo, ha de descargarse o comprar un software que en realidad es dañino o, sencillamente, no necesita.
Ransomware: Software malicioso que se caracteriza por secuestrar datos del usuario y después pedirle un rescate por ellos.
Bonets: A través de redes de ordenadores «zombies», dispositivos infectados sin conocimiento de sus propietarios, se envia spam o se llevan a cabo ciberataques.
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