Descargar archivos a través de redes P2P conlleva diversos riesgos de seguridad que pueden evitarse tomando algunas precauciones
Es una práctica muy extendida la de descargar archivos a través de redes P2P, pero ello no lo hace menos peligroso. Sin embargo, tomando algunas precauciones podemos minimizar los riesgos.
¿Cómo funciona este modo de descarga?
El usuario a través de un programa se conecta a una red de ordenadores donde puede compartir sus archivos y descargarse otros del resto de los usuarios conectados a la misma.
eMule, Ares y BitTorrent son algunos de los programas más conocidos de esta tipología.
¿Qué riesgos de seguridad conlleva el uso de estos programas?
El primer peligro con el que nos enfrentamos al recurrir a este tipo de descargas es nuestro propio desinterés. A menudo, usamos estos programas de forma intuitiva y ni siquiera nos molestamos en comprobar su configuración. Ello puede suponer que otro usuario tenga la posibilidad de descargarse CUALQUIER ARCHIVO de nuestro ordenador. Incluidos nuestros vídeos personales, nuestras fotos, nuestro curriculum, los archivos que almacenamos del banco… cualquier cosa.
Lo aconsejable es que configuremos el programa para que compartamos tan sólo una carpeta y que, por supuesto, revisemos su contenido para asegurarnos de que no contiene ningún archivo privado. Tampoco está de más que prestemos atención a lo que se están descargando de nuestro dispositivo otros usuarios.
Por otra parte, también debemos ser precavidos con respecto a lo que descargamos nosotros. Es frecuente encontrar malware encubierto y también archivos que, sencillamente, no son lo que dicen ser.
Por ello, es conveniente que antes de abrirlos los sometamos al examen del antivirus y, una vez descartemos su peligrosidad, comprobemos que realmente contienen lo que buscábamos. Sobretodo si vamos a entregar lo descargado a otra persona. Dada la cantidad de archivos pornográficos que hay con un nombre equivocado, ello puede ahorrarnos un verdadero bochorno.
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