La App funcionará a través del sistema inalámbrico Bluetooth del «smartphone». Se ha prescindido del sistema de geolocalización, que puede presentar dudas en privacidad. Su funcionamiento es sencillo con un código de identificación anonimizado (no permitirá conocer datos personales de los usuarios) de generación aleatoria (cada dos semanas, lo que dura la cuarentena) se podrá intercambiar cuando dos móviles se crucen por ejemplo por la calle.
La App permitirá que las autoridades de salud pública definan desde cuándo se produce una exposición, la cantidad de momentos de exposición que un individuo ha tenido, el riesgo de transmisión del caso inicial en su definición de lo que es un momento de exposición y los datos que los usuarios elijan «introducir voluntariamente» en la aplicación para permitir a servicios sanitarios contactar a los usuarios afectados. Otro aspecto destacado es que los metadatos -datos internos de los propios servicios- recabados estarán también cifrados para dificultar que una persona ajena pueda identificar a un usuario.